jueves, 24 de junio de 2010

El poeta

Era la hora misteriosa, cuando nuestro poeta
nombró desde su morada a la inspiración
ebrio de esperanza y lleno de calentura
robo de los libros las palabras:
olorosas, tiernas, apasionadas, sensuales
Luminosas, radiantes, atrevidas, solemnes
ostentosas, audaces, para hacer
sonetos de pasión para su amada
Rimando, contando y combinando
entre metáforas, hipérbole y símil
ya él, medita obstinado las frases
en el continuo imaginar del verso, que
silencioso se acerca hasta su empeño
Gloria Bruno

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